27.8.17

Metamorfosis y Deshumanización


Una nota de Mayra Valije



Kafka, Kayser y la deshumanización

En La metamorfosis existe un visible proceso de deshumanización, el cual puede ser captado a través de la estética grotesca propuesta por Wolfgang Kayser, dado que permite el acercamiento al proceso de degradación del ser humano presente en la obra y en la sociedad de aquel entonces.

El crítico alemán tuvo como propósito histórico comprender al siglo xx; y la estética de lo grotesco se ocupa de demostrar la desorientación y el absurdo de la vida, lo cual está manifestado en la obra kafkiana. El autor reveló las impresiones comunes a todos los hombres contemporáneos que se hallaban angustiados al comprobar cómo los valores adoptados de generaciones anteriores iban quedando sin vigencia.

Kafka presentó a través de su literatura y del uso de lo grotesco, en esta obra en particular, la desazón que producía la sociedad con su efecto alienante. Expuso dicha deshumanización para permitir al lector distanciarse y reflexionar. De este modo, el escritor evidenció una época y manifestó la presencia de elementos de enajenación en la civilización contemporánea, que reflejan las crisis y las tensiones que se producen en el plano social y personal.

Grotesco

El presente trabajo se basará, centralmente, en las reflexiones de Kayser acerca de lo grotesco como distancia y extrañeza del mundo. Su obra ``Lo grotesco. Su configuración en pintura y literatura´´ es el primer intento sistemático, en el siglo xx, de plantear dicha cuestión.

El autor pretendió dar contorno definido al concepto en cuanto a categoría estética, y apunta hacia tres dominios: el proceso creador, la obra y la percepción de esta.

Para Kayser es una característica esencial que no se pueda dar una explicación de la sensación amenazante ligada al grotesco. Es una determinada manera de mirar al mundo, en la que percibimos extrañeza. La irrupción de este se plantea como una perturbación profunda del orden de la realidad, por lo tanto, aparece el contraste entre el mundo de nuestra experiencia normal y el desorden e incongruencia de la escena que una determinada obra literaria nos propone.

De acuerdo con el estudio, el impacto íntegro de lo grotesco se atenúa con la segunda lectura, y aquello que irrumpe sigue siendo inaprehensible, inexplicable. Produce un efecto de desorientación, congoja y estremecimiento. Su poder liberador es la capacidad de captar y conjurar lo demoníaco en el mundo, y así desaparece el equilibrio entre lo terrible y lo ridículo.

Para demostrar que lo grotesco es una constante histórica, Kayser subraya su importancia central en el arte y la literatura del siglo xx. Por eso, a la hora de definirlo insiste en ese lado perturbador e inquietante que nos aleja de lo cómico.
El crítico alemán señala que esta estética delimita las fronteras entre realidad y absurdo, entre máscara y persona; y produce así el elemento de desarmonía que lo caracteriza y deja expuestos los componentes absurdos, degradantes y sorprendentes.

Deshumanización

En su obra Modernidad líquida, Zygmunt Bauman afirma que el individualismo marca las relaciones y las transforma en precarias, transitorias y volátiles. La caracterización de la modernidad como un tiempo líquido da cuenta del tránsito de una modernidad sólida que es estable y repetitiva, a una líquida, la cual es flexible y voluble.

En ella, los modelos y estructuras sociales ya no subsisten lo necesario para adaptarse y gobernar las costumbres de los ciudadanos, debido a las transformaciones y pérdidas que se producen. En la obra de Kafka, como resultado de la metamorfosis, Gregor es aislado de su familia, quienes acogen a huéspedes en su casa para una mejora de la economía familiar; tal es la importancia del dinero y no tanto del lazo familiar, que se puede ver reflejado en este pensamiento del personaje principal: "¡Cómo comen los huéspedes y yo aquí muriéndome!" (Kafka, 2010, p: 59)

Este tipo de modernidad que expresa Bauman sostiene una figura del cambio y de la transitoriedad: "(…) se encontró en su cama transformado en un monstruoso insecto" (Kafka, 2010, p: 13)

A su vez, su estudio se limitó a describir las contradicciones y tensiones no sólo sociales, sino también existenciales que se generan cuando los humanos se relacionan.
Por lo tanto, se presenta una inconsistencia de los vínculos humanos, debido a que estos lazos parecen depender solamente de los beneficios que generan. Otro ejemplo literario es el momento en que Gregor, sensibilizado por la música que ejecuta su hermana, se acerca y es descubierto por los huéspedes. Ellos, al percatarse de su presencia, deciden dejar la casa sin pagar y la hermana reacciona con una desmesurada afirmación: "tenemos que intentar librarnos de él" (Kafka, 2010, p: 63)

Es sabido que los sentimientos pueden crear dependencia, por lo tanto, se sostiene que en las relaciones alienadas y en las que no lo son, es mejor desvincularse rápido. Tal es el caso del encargado que acude a la casa a buscar a Gregor y huye al advertir la situación imperante: "Ya estaba en el vestíbulo, y a la vista de la rapidez con que levantó el pie por última vez del salón, dijérase que acababa de pisar fuego" (Kafka, 2010, p: 28)

Dicho de otro modo, se cultiva el arte de truncar las relaciones, de desconectarse, de anticipar la decrepitud; este "arte" refleja los estados transitorios y volátiles. Asimismo, el amor y el cuerpo decaen: "Gregor, a pesar de su penosa y repugnante apariencia actual, era un miembro de la familia, a quien no podía considerarse un enemigo, sino frente al cual el deber familiar era reprimir el asco y resignarse, simplemente resignarse." (Kafka, 2010, p: 52)

Al igual que el cuerpo y el amor, también decaen las relaciones. En La metamorfosis puede reflejarse en la relación de Gregor con su padre:

"El padre cerró el puño amenazando, como si quisiera empujar de nuevo a Gregor hacia su habitación" (Kafka, 2010, p:26)

"El padre no le daba cuartel y gritaba como un salvaje.[…] empujaba hacia adelante a Gregor con mayor estrépito. […] entonces el padre le dio por detrás un enérgico golpe, que le alivió, y lo metió dentro de su habitación sangrando abundantemente." (Kafka, 2010, p: 31)

"[…] el padre había decidido bombardearlo" (Kafka, 2010, p: 50)

Otra noción que se encuentra relacionada con la deshumanización es la desterritorialización, donde la apropiación del territorio ha pasado de ser un recurso a ser un estorbo. Si bien a Gregor le vacían el cuarto para que se movilizara más cómodamente, le estaban quitando toda esperanza de mejoría, animalizándolo en cierto punto y aumentando su degradación y deshumanización:

"¿Realmente quería que convirtiesen la acogedora habitación amueblada confortablemente, con muebles familiares, en una cueva donde podría arrastrarse?" (Kafka, 2010, p:45)

"Ellas le vaciaban su habitación, le robaban cuanto amaba." (Kafka, 2010, p: 46)

Bauman también se vale del concepto de desechos humanos para referirse a los desempleados que son considerados como personas excluidas, aisladas. En el caso de la obra kafkiana se considera esto a Gregor, debido a que no aporta nada a la familia, por lo cual ellos ya no son capaces de tolerarlo: "-Debemos deshacernos de él- repitió la hermana" (Kafka, 2010, p: 64)

Dentro de este concepto se tiene la presencia de la alienación generada por la modalidad de trabajo:

"Era un esclavo del jefe, sin dignidad ni consideración" (Kafka, 2010, p: 15)

"¿Por qué había sido condenado Gregor a trabajar en una empresa en la que el más mínimo error era inmediatamente origen de la mayor sospecha? ¿es que todos y cada uno de los empleados, sin excepción, eran unos sinvergüenzas?" (Kafka, 2010, p: 19)

Además del trabajo y sus relaciones laborales, la sociedad también se refleja en la desintegración de la familia de Gregor. Parece no importar la desaparición de éste al final de la obra; ellos siguen su vida felizmente, lo cual hace alusión a la falta de atención de la sociedad hacia el individuo.

Por todos estos aspectos mencionados, se puede sostener que Kafka fue un testigo lúcido de su tiempo y tuvo una conciencia pronunciada de lo negativo, debido a que lo empleó para plasmarlo en su literatura y reproducir la cosificación y el absurdo que imperaba en aquel entonces.

La metamorfosis se produce en varios niveles y Gregor no es el único en quien opera esta transformación, sino también en su casa, su familia y su situación económica. Y en todos ellos intervienen aspectos de lo grotesco, debido a que captan el espíritu de la época y su factor deshumanizante.

Por lo tanto, se podría afirmar que Kafka hizo uso de lo grotesco como un método de comprensión del siglo xx y la deshumanización que operó en él, presentando un vestigio intempestivo de su época al exhibir a la sociedad como degradante.

Fuentes
Mayra Valije, Kafka, Kayser y la deshumanización, Escritores.org, 24 de agosto de 2015.
Kafka, Franz, La metamorfosis, Buenos Aires: Libertador, 2010.
Kayser, Wolfgang, Lo grotesco: su configuración en pintura y literatura, trad. Ilse M. de Brugger, Buenos Aires: Nova, 1970.
Fernández Ruiz, Beatriz, De Rabelais a Dalí: La imagen grotesca del cuerpo, Universidad de Valencia, 2004.
Vásquez Rocca, Adolfo, Zygmunt Bauman: Modernidad líquida y fragilidad humana, Transversales, Madrid, 2012.

1 comment:

Liliana Antoniotti said...

Felicito a la autora de este texto, ya que ha realizado una lectura muy lúcida del cuento, encontrando puntos de coincidencia más que interesantes y reveladores de los vínculos familiares y sociales en el posmodernismo.

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